Ven, Sígueme con Pepe Valle | He hallado mi oveja que se había perdido | Lucas 12–17, Juan 11
Ven, Sígueme con Pepe Valle de Central de las Escrituras - A podcast by José Valle
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En la mayoría de las situaciones, tener 99 de cada 100 se consideraría algo excelente, pero no es así cuando se trata de los amados hijos de Dios (véase Doctrina y Convenios 18:10). En este caso, una sola alma que falte merece que se haga una búsqueda exhaustiva y desesperada “hasta que [se] la halle” (Lucas 15:4), tal como enseñó el Salvador en la parábola de la oveja perdida. Entonces podrá comenzar el regocijo, ya que “[o]s digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento” (Lucas 15:7). Si aquello pareciera injusto, nos será útil recordar que, en verdad, no hay nadie que “no necesit[e] de arrepentimiento”. Todos necesitamos que se nos rescate; y todos podemos participar en el rescate, y regocijarnos juntos por cada alma que se salve (véase Doctrina y Convenios 18:15–16).