1143 - Isaías 58. La verdadera adoración a Dios. Is 58:6
Descansando en Dios - A podcast by Francisco Atencio
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1143 – Is 58:6 – Isaías 58: La verdadera adoración a Dios.¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?Los últimos nueve capítulos del libro de Isaías se enfocan en la restauración realizada y completada, describe la gloria futura para el pueblo de Dios. (Is 58–66). Dios a través del profeta Isaías hace un repaso al presente y al futuro: La verdadera adoración a Dios. El requisito de la obediencia, ya que la mayoría de la gente no era justa (Is 58). Debido a la depravación en que vivían, la iniciativa para la restauración de la nación tenía que ser divina (Is 59). Al final, vendrán a Israel y al mundo entero, paz y prosperidad (Is 60). El Mesías que vendría, y del Padre (Is 61:1–63:6). La oración nacional, y de la respuesta por parte de Dios (Is 63:7–65:25). En conclusión, el profeta escribió una vez más que Dios cumplirá las promesas hechas a Israel y al mundo (Is 66). La Biblia en general contiene los beneficios de la práctica del ayuno. Ninguno de estos beneficios enseña que el ayuno es para manipular a Dios y pedir lo que queramos o esté fuera de su voluntad. El ayuno era practicado por las diferentes culturas y para diferentes propósitos: En el caso de los judíos (Lv 16:29-31). Dios sólo estableció un día de ayuno al año para aflicción (anah: humillarse, someter la carne (alma), oprimir, quebrantar, cantar) del alma para arrepentimiento de pecado. El ayuno también era practicado por la pérdida de un familiar o rey. Ayuno de siete días por muerte del rey Saúl. (1Sa 31:1-13; 2Sa 1:12; 1Cr 10:12). David ayunó para: Pedir a Dios que su hijo no muriera, pero Dios ya había establecido que moriría por causa de su pecado con Betsabé. (2Sa 12:16-22). Para acompañar a alguien en el dolor de su enfermedad. (Sal 35:13). Josafat proclama ayuno pidiendo dirección y ayuda a Dios (2Cr 20:3). Los reyes paganos y culturas paganas también ayunaban. (Dn 6:18; Jonás 3:5). Los fariseos agregaron ayunar dos días a la semana según las leyes (Lc 18:12). Jesús no prohíbe el ayuno, pero si coloca condiciones para ayunar. Hacerlo en secreto para que Dios nos bendiga en público. (Mt 6:16-18). I. El ayuno hipócrita (Is 58:1-5). ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? (Is 58:3). Las personas parecían estar ansiosas de saber (“conocer”) de Dios y acercarse a Él, pero sólo externamente. Eran rebeldes y hablaban mal de Dios (Mal 3:13-15). El ayuno hipócrita que no agrada a Dios es: 1) El que se practica cuando uno vive en rebeldía y pecado (Is 58:1). 2) El que se práctica para aparentar ser religioso (Is 58:2). 3) Es el que le reclama y le predica a Dios al no conseguir el fin buscado (Is 58:3a). Jesús lo enseña con la parábola del fariseo y el publicano (Lc 18:9-14). Nuestra justicia debe ser mayor que la de los escribas y fariseos (Mt 5:20). 4) Es el que no afecta la vida (conducta) diaria del creyente (Is 58:3b–5), sino que se convierte en una rutina religiosa que no produce cambios en el comportamiento de la persona. El mandamiento para todo creyente es que “vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.” (1Pe 2:5). II. El ayuno verdadero que agrada a Dios (Is 58:6-7).
