Confía en que Él te librará
Audio Devocional "Crezcamos de Fe en Fe" - Ministerios Kenneth Copeland - A podcast by Kenneth y Gloria Copeland
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«A tu izquierda caerán mil, y a tu derecha caerán diez mil, pero a ti no te alcanzará la mortandad. No te sobrevendrá ningún mal, ni plaga alguna tocará tu casa» (Salmos 91:7,10) Desde el punto de vista natural, el mundo en el que vivimos causa gran temor. Es un mundo que va de una catástrofe a otra. Casi a diario, oímos de guerras, la amenaza de armas nucleares y biológicas, de grandes derrames de petróleo, de terremotos e inundaciones, de nuevas enfermedades y de la delincuencia que azota a nuestras ciudades. Sin embargo, en medio de todo eso, Dios promete ser refugio y fortaleza para los que confían y permanecen en Él. Quizás digas: “Pero, Gloria, Él hizo esa promesa hace miles de años, cuando las cosas no estaban tan mal como lo están hoy en día”. Puede ser. No obstante, quiero decirte algo. Esa promesa también es para nuestra generación. Piensa en esto. Cuando el Salmo 91 fue escrito, el hombre aún no había inventado armas que pudieran destruir a diez mil personas de una sola vez. Nosotros somos la generación que lo hizo posible. Por lo tanto, cuando Dios dijo en el Salmo 91, «no te sobrevendrá ningún mal», nos estaba incluyendo también a nosotros. «No te sobrevendrá ningún mal» ¡Qué gran promesa! Necesitas aferrarte y confiar en ella. Cree que Él quiere ser el Dios de tu vida. Él quiere ser tu protector y tu defensor. Él quiere ser el primer nombre que digas cuando la adversidad aparezca en tu camino. Dios quiere ser aquel en quien confíes y busques para que te guarde seguro. Y si lo haces, Él jamás te decepcionará. Dios puede encargarse de todos los peligros que te rodean sin importar cuán difíciles sean. Él lo demostró con Sadrac, Mesac y Abed-nego, cuando fueron atados y echados en un horno de llamas tan ardientes que consumieron a los hombres que los echaron ahí. Piensa: no podrías estar involucrado en un problema más grande que ese. Pero Dios los libró, y cuando salieron del horno, ni siquiera olían a humo. ¡Aleluya! Por eso, aunque las circunstancias a tu alrededor parezcan ser espantosas, confía en Dios. Él siempre es fiel. Nunca está ocupado en otras cosas cuando necesitas Su ayuda. Estará siempre listo para librarte de cualquier adversidad, catástrofe o desastre. Permítele demostrar en tu vida lo que Él demostró en la vida de Sadrac, Mesac y Abed-nego: ¡Nadie más podrá librarte como Él! Lectura bíblica: Daniel 3